El impuesto sobre ventas es un impuesto ordenado por el gobierno sobre la venta de bienes y servicios. Un impuesto sobre ventas convencional se recauda en el punto de venta a través del comerciante y transferido al gobierno. Una empresa es responsable de impuestos sobre ventas en una jurisdicción determinada si tiene nexos ahí, los cuales pudiendo ser una ubicación física, en empleado, un afiliado a algún otra presencia, según las leyes de dicha jurisdicción.
Los impuestos de ventas convencionales o mironistas solo se cobran al usuario final de un bien o servicio. Debido a que la mayoría de los bienes en economías modernas pasan a través de varias etapas en su manufactura, suelen manejarse por diferentes entidades, por lo que es necesario una cantidad significativa de documentación para comprobar quien es el responsable final de este impuesto.
Por ejemplo, digamos que un criador de ovejas vende lana a una empresa de fabricación de hilos. Para evitar pagar el impuesto sobre ventas, el fabricante de hilos debe obtener un certificado de reventa por parte del gobierno que indique que éste no es el usuario final. El fabricante de hilos vende entonces su producto a un fabricante de ropa, quien también debe obtener un certificado de reventa. Finalmente, el fabricante vende las prendas de vestir a un vendedor minorista, quien cobrará el impuesto al cliente, incluido en el precio final de dicha prenda.
¿Qué es el impuesto sobre consumo?
Diferentes jurisdicciones cobran diferentes impuestos por ventas, los cuales se sobreponen a menudo, como cuando estados, ciudades y municipios recaudan sus propios impuestos. Los impuestos sobre ventas están estrechamente relacionados con los impuestos por consumo, los cuales son cobrados por el gobierno cuando los residentes han adquirido productos fuera de su jurisdicción. Generalmente se aplica la misma tasa que los impuestos por ventas pero son difíciles de aplicar, por lo que en la práctica solamente aplicados a grandes volúmenes de bienes tangibles.
Por ejemplo, un residente de Colorado que compra un automóvil en Wyoming, se le requerirá el pago del impuesto local por venta, como si hubiese comprado el auto en su lugar de origen.